El falso enfermero simuló papeles “incapaz de controlar los impulsos” y el forense no ve eximente mental

08-03-2021 - https://www.farodevigo.es/
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La defensa alega irregularidades en la instrucción y que la falsedad no es delictiva porque no tuvo efectos | La Fiscalía solicita 2 años

La sospecha y la diligencia a la hora de hacer comprobaciones de una administrativa de la recepción del Colegio de Enfermería de Ourense ayudó a descubrir el engaño que Santiago B. L. intentó causar al falsificar presuntamente documentos para colegiarse como enfermero. En esta provincia no llegó a ejercer pero sí consiguió burlar inicialmente los controles y trabajar como sanitario, sin serlo, en un centro de salud de Lugo y en un geriátrico de Madrid. Esas causas siguen investigándose mientras que la derivada ourensana se juzgó ayer en el Penal 2 de la ciudad de As Burgas. La Fiscalía solicita una condena de 2 años de prisión y multa de 2.700 euros. El Colegio de Enfermería, que ejerce la acusación particular, pide 2 años y medio de cárcel y una cuantía mayor, de 5.400 euros.

La defensa plantea la absolución o la aplicación de eximentes o atenuantes, además de subrayar presuntas irregularidades en la fase de instrucción. El encausado, de 34 años, reconoce que falsificó los papeles pero asegura que lo hizo por su patología mental, un trastorno mixto de la personalidad que padece “desde pequeño, desde el colegio, en el que era hiperactivo y quería ser el centro de atención de la clase”, relató. “Soy incapaz de controlar los impulsos, que me llevan a hacer actos”. Eligió responder solo a las preguntas de su abogada.

El falso enfermero, que fue detenido en mayo de 2019 en Madrid, tras saltar las alarmas en el centro de mayores en el que había sido contratado en el distrito de Ciudad Lineal, al comprobarse que el título que presentó junto a su currículo era supuestamente falso, narró ayer en Ourense que “estuve y estoy a tratamiento varias veces, desde el colegio hasta el día de hoy”. Según su versión, sigue a seguimiento. “Quiero curarme”. Después de ser descubierto por las autoridades y con la intención de dejar atrás su conducta, optó por trabajar legalmente. Es reparador de seguros.

Tiene antecedentes por incendiario
En julio de 2017, Santiago B. L. fue condenado por cuatro incendios que cercaron la ciudad de As Burgas en 2015, y otros doce que prendió con un mechero el verano siguiente en Cartelle, Barbadás y San Cibrao de Viñas. Por estos hechos estuvo en prisión provisional 16 meses y, tras ver rebajada la condena a 2 años de prisión por el trastorno mixto de la personalidad que apreciaron los forenses, quedó en libertad vigilada (5 años) bajo la obligación de someterse a tratamiento psiquiátrico y psicológico, con informes cada dos meses.

El forense: "No podemos admitir una incidencia de una falta de freno o un acto impulsivo, sino una acción premeditada y prolongada en el tiempo. Toda su maniobra y proceso para poder llegar a falsificar no es un acto explosivo e inmediato"
El pasado mes de enero, Santiago B. L. no pudo ser juzgado por la falsedad porque el temporal Filomena impedía su desplazamiento a Ourense. Meses antes, la vista se suspendió a la espera de que fuera examinado por un forense. El experto lo estudió en Illescas (Toledo) y ayer declaró por videoconferencia. El perito, que asegura que el acusado no se estaba medicando actualmente y cuyo seguimiento psiquiátrico cuando lo exploró, en junio, pudo verse imposibilitado por la pandemia, no aprecia que su trastorno mixto y límite de la personalidad afecte a su imputabilidad. Este tipo de patología “se caracteriza por condicionar en grado elevado la manera de comportarse relacionarse”. Si bien el acusado se mostraba feliz entonces por su reciente boda, evidenciaba “rasgos acusados de impulsividad y ansiedad”, típicos de esta clase de trastorno.

El fiscal: "Era plenamente consciente"
El forense toma en consideración que, en estos hechos, que Santiago B. L cometió al parecer “agobiado por gente de su entorno” tras salir de prisión, “si vemos el devenir de los acontecimientos, cómo narra que falsificó, después se cambió a Lugo y A Madrid... no podemos admitir una incidencia de una falta de freno o un acto impulsivo, sino una acción premeditada y prolongada en el tiempo. Toda su maniobra y proceso para poder llegar a falsificar no es un acto explosivo e inmediato. Tanto por las características del acto como por el devenir de los acontecimientos no entiendo que el trastorno que padece pudiera afectar a su capacidad volitiva. La elaboración no responde tanto a una impulsividad”, expuso el forense durante su interrogatorio.

“Era plenamente consciente”, recogió el fiscal en su informe. No cometió una falsificación burda, sino que podría haber conseguido el engaño, como así sucedió en Lugo o Madrid. “No tiene alteración alguna de sus capacidades y son unos hechos de una especial gravedad. De no haber sido advertido, podría haber llegado a trabajar en cualquier hospital, con peligro para la salud de la población”, subrayó el abogado que representa al Colegio de Enfermería. Destaca que Santiago B. L. aportó un certificado bancario, copia del DNI, un escrito y el certificado falso de expedición del título, para aparentar veracidad. “La explosividad e impulsividad no son compatibles con el hecho de elaborar. Evidencia un conocimiento perfecto de los actos”, manifestó el letrado de la acusación particular.
Una firma falsificada
La entidad dio al encausado una precolegiación pero al realizar una comprobación definitiva no compulsó sus documentos ni formalizó el alta del acusado. El colegio denunció en marzo de 2018 y notificó a la Consellería de Sanidade el caso de Santiago. En ese momento no había constancia de que hubiera ejercido en otros lugares, según confirmó ayer la presidenta como testigo. La administrativa que sospechó advirtió en un primer documento de supuesto pago del título de Enfermería que no tenía el registro. La trabajadora decidió hacer comprobaciones y llamó a la facultad, donde el acusado no constaba. “Esa no es mi firma, no se parece en nada. El sello tampoco es el mismo, son documentos falsos”, ratificó la directora de la Escuela de Enfermería entre 2009 y 2017.

La defensa sostiene que la falsedad es “inocua” y no debe producir una condena, “porque no se le dio el alta definitiva y no causó efectos”. Afirma incluso que “no hay indicios de que los documentos que se le atribuyen sean los que presentó, porque los originales fueron devueltos y no ha reconocido que entregara documentos”. En caso de que la jueza vea responsabilidad, pide una eximente o atenuante de alteración psíquica, y que se reconozcan dilaciones indebidas. Además ve posible nulidad en que le denegaran aportar los informes forenses de las otras causas pendientes. También detecta irregularidades en la instrucción.

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